22 de abril de 2018

Corea del Sur. Seúl, mezcla de modernidad y tradición



Se acercaban las fechas de Songkran (Año Nuevo Tailandés) y por primera vez desde que vivo en Tailandia, decidí salir del país y perderme el impresionante festival del agua que se celebra en las calles de todo el país.

Seúl quedaba a 6 horas en avión desde Bangkok y era una magnífica oportunidad para conocer un nuevo destino para mi en Asia.

Corea del Sur tiene muchísimos lugares interesantes para visitar pero en mis 6 días en el país me centré básicamente en la capital, Seúl.
Con 50 millones de habitantes, Corea el Sur concentra a la mitad de su población en Seúl, siendo la segunda área metropolitana más poblada del mundo, después de Tokio.

Llegué a Seúl temprano por la mañana, después de un vuelo nocturno desde Bangkok.
A pesar de estar destrozado por las pocas horas de sueño que había tenido, comencé a visitar la ciudad sin pensarlo.

Mi primer destino sería Myeong-dong, una calle abarrotada de gente a partir de las 5 de la tarde con decenas de puestecitos de comida en el que podremos probar desde pinchitos de cerdo o de langosta, hasta churros cubiertos con chocolate de Oreo.
En esta misma zona también se encuentra la Catedral de Seúl.
Sinceramente, antes de pisar tierras coreanas no tenía idea de que en Seúl me iba a encontrar una catedral como la que pude ver, realmente impresiona.
Tuve la suerte de poder presenciar una misa en coreano!








Al día siguiente, estaba invitado por una agencia de viajes en Seúl a hacer uno de sus tours
de ciudad, así que me vino perfecto para conocer lo más importante y de tener un guía que me explicara todo bien.
Empezamos el día visitando un templo budista en el medio de la ciudad, teniendo unos minutos de relax total para salir un poco del gentío que tiene las calles de Seúl.












Seguidamente, pude visitar el punto estrella del tour, el Palacio Gyeongbokgung, el palacio principal de Seúl y uno de los lugares más importantes en la historia de Corea del Sur. 
Al acabar la visita, pude incluso presenciar un cambio de guardia en la puerta principal del palacio!

Ese mismo día por la tarde, tenía ganas de ver lo inmensa que era la ciudad, así que qué mejor manera de ver sus dimensiones que desde lo alto de la N Tower, la torre más alta de la ciudad con 236.7 metros.




Para terminar el día, me fui a una de las zonas más de moda de la capital coreana, el barrio de Itaewon. Este barrio posee una infinidad de bares, restaurantes y clubs que abren hasta bien entrada la mañana siguiente, todo alrededor de 6 calles que se cruzan entre ellas.
Aquí, principalmente es el punto de reunión de jóvenes que buscan desconectar después de su día de trabajo.

Al día siguiente decidí adentrarme en el barrio de Bukchon, donde por algunos momentos te hace pensar que estás en otra Seúl, ya que sus calles y casas antiguas sorprenden con el contraste de los rascacielos de la zona moderna de la ciudad.





Ese mismo día decidí visitar el museo de la Guerra de Corea, ya que al día siguiente además, iba a dirigirme a la frontera con las dos Coreas y quería saber más sobre el conflicto bélico.
Este museo me pareció uno de los mejores en los que he estado y muy bien explicado, vas aprendiendo más sobre todos los conflictos que ha tenido Corea, que no son pocos.



Las dos Coreas viven separadas desde que en 1.950, Corea del Norte atacara Seúl. Tan solo 3 meses después de la entrada de las tropas norcoreanas a la capital del Sur, los surcoreanos consiguieron hacer retroceder a sus vecinos con la ayuda del ejército de los Estados Unidos.
La respuesta de los del norte, con la ayuda de China, convirtió a este conflicto en uno de los más sangrientos de la historia.
En 1.953, se logró firmar un tratado de paz entre Corea del Norte y Estados Unidos en el que se hizo un pacto de no agresión que todavía dura en la actualidad.

La tensión que existe entre ambas Coreas es evidente y aunque se cree en la unificación, las relaciones entre las dos partes son mínimas.
Precisamente, dentro de unos días, el 27 de abril de 2.018, va a haber una reunión para acercarles de nuevo. Será la tercera reunión desde 1.953.




Como he dicho, al día siguiente me dirigí hacia el borde entre las dos Coreas. Este tour no se puede hacer por tu cuenta, por lo que tiene que ser a través de una agencia y siempre yendo con un guía.
A 50 km de Seúl, se llega a la base militar surcoreana que mira con lupa cada movimiento de sus vecinos los norcoreanos, los cuales se encuentran en el otro lado del lugar.
Los controles para llegar hasta allí ya te hacen ver en el sitio dónde te encuentras.
Un militar se sube al autobús y revisa uno por uno cada pasaporte, hasta que da el orden de poder acceder a la área restringida.
Una vez dentro, vemos el puente que uniría a los dos países, un pueblo norcoreano al fondo de un valle y el futuro tren que unirá a las dos partes una vez todo esté en orden.
Nos avisan que no podemos hacer fotos en según que sitios y también nos limitan el tiempo para poder estar en cada punto de la visita.
Una experiencia única, estando en un lugar que te hace respirar de una manera distinta.



Otro de los lugares que tenía ganas de visitar, era el barrio de Gagnam, conocido por el famoso baile del caballo que se popularizó allá por 2.012 de la mano de PSY.
Gagnam es la zona más moderna y más cara de Seúl. La gente, los coches, los edificios, restaurantes...todo tiene un altísimo nivel por lo que no es de extrañar cuando la gente le hace llamar el Manhattan asiático.




En general, Seúl me ha gustado mucho. Me ha sorprendido en muchos aspectos y me ha dejado con ganas de conocer otros lugares en Corea del Sur.
Quizás en mi próxima visita me decanto por ir más al sur, como Busan o a la isla de Jeju.

Annyeonhaseyoooooo!!! (saludo y despedida en coreano)