18 de febrero de 2013

La Bohol mas autentica


Teniendo claro que el destino de los proximos dias iba a ser Palawan, solo quedaba comprar el billete de avion de Cebu a Puerto Princesa, y esperar en otra isla con buenas playas hasta el dia del vuelo.

Como el problema principal en Filipinas es el tiempo que necesitas para desplazarte de una isla a otra, decidimos ir a la mas cercana a Cebu, Bohol Island, para mi una de las mejores del pais y que nunca me importa repetir.

En mi tercera visita a la isla, queria recorrer una parte que nunca hubiera estado. Las otras dos veces me he quedado con las ganas de conocer la cara este y olvidarme un poco del circuito turistico que ofrece el sur y el centro de Bohol.
Asi que nos pusimos en ruta con la idea de llegar hasta un pueblo llamado Anda, el pueblo mas al este de la isla. Pasando por lugares como Valencia, Garcia Hernandez...pueblos costeros con grandes mercados de pescado y fruta.
Sitios donde no estan nada acostumbrados a ver caras occidentales, los niños entre asustados y sorprendidos te saludan o se te quedan observando minutos enteros para ver como hablas, que haces...


La carretera ofrece unas vistas increibles al mar, teniendo que parar obligatoriamente de vez en cuando para ver mejor el paisaje. Playas salvajes, pescadores, palmeras... unos paisajes que a medida que vas avanzando te hacen pensar aun mas en tu acierto por conocer esa zona.

Cogimos un desvio hacia Anda, a partir de ahi el paisaje cambia totalmente y se vuelve mucho mas rural.
Unas casas muy humildes casi tocando con la carretera secundaria que nos iba a llevar hasta nuestro destino.
La conduccion se hace muy agradable por ese tipo de sitios y en algunos tramos piensas en que no quieres que se acabe nunca.



Llegamos a Anda, un pueblecito muy pequeño pero con muchisimas playas que visitar. Unos caminos de tierra con unos letreros diminutos, señalan el lugar.
Empezamos bien, ya que el primer camino nos hizo llegar hasta una calita preciosa, rodeada por unas rocas, con barquitas de pescadores y algunas familias pasando un dia de domingo agradable, riendo, comiendo y bebiendo con los suyos.
Despues del primer bañito del dia, una persona se nos acerco, nos queria invitar a comer con toda su familia, estaban en una especie de cabañas protegiendose del sol. Los abuelos, padres, tios, primos...estaban celebrando el cumpleaños de la mas pequeña de todos.
Un manjar exquisito con atun, cerdo, verduras, acompañado, como no, del ya habitual Brandy Emperador, bebida que el abuelo, no paraba de servirnos al ver nuestros vasos vacios.
Todos querian saber nuestras historias, que era de nuestras vidas, que opinaban nuestras familias... una conversacion muy entretenida que hizo que nos quedasemos en ese lugar mas de la cuenta.


Pero queriamos conocer mas playas, asi que cogimos las motos y continuamos la ruta.
La siguiente playa, era una autentica playa salvaje de unos cinco kilometros con arena blanca y suave y aguas critalinas.
Sitios asi son los que valen la pena en Filipinas hoy en dia, pero me da miedo pensar como pueden estar dentro de cuatro años.


Debiamos volver hacia el hostal ya que no queriamos volver de noche, no sin antes conocer la ultima playa de nuestra visita a la zona.
Quizas la mas turistica de las tres que estuvimos, pero volviendo a sentir el aprecio y las ganas de conocerte que tienen esta gente.
Solo llevabamos diez minutos alli cuando un chico vino a nosotros para invitarnos a sentar con sus amigos.
Estaban comiendo un cerdo enorme, algo muy comun en Filipinas, y del que puedo decir que fue de los mejores que he comido aqui.



De este dia, me quedo con las impresionantes playas que he visto, y por supuesto, del recibimiento que tuvimos en todos los sitios donde fuimos.
Vale la pena dejarse llevar y salir de los circuitos turisticos que ofrecen las guias, es asi como se descubre Filipinas.

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